sábado, 12 de marzo de 2022

¿Qué son los acuerdos de Minsk para la paz ucraniana?

 



 

¿Qué son los acuerdos de Minsk para la paz ucraniana?

Los Acuerdos de Minsk son dos pactos que se firmaron en 2014 y 2015 para poner fin a la guerra en el Donbás, en el este de Ucrania

 

 Encuentro en Minsk del presidente bielorruso y los representantes del cuarteto de Normandía en febrero de 2015. Fuente: Presidencia de Rusia (Wikimedia Commons)

   


Los acuerdos de Minsk son dos pactos firmados en 2014 y 2015 por representantes de Ucrania, Rusia, la República Popular de Donetsk (RPD) y la República Popular de Lugansk (RPL) para poner fin a la guerra del Donbás, en el este de Ucrania. Estos tratados se negociaron bajo el auspicio de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) y tenían como objetivo principal el alto al fuego entre el Ejército ucraniano y las fuerzas separatistas prorrusas de la RPD y la RPL.

 

El primer acuerdo, conocido como Protocolo de Minsk, pretendía detener la contienda de forma inmediata, mientras que el Minsk II surgió como respuesta a ese fracaso. Este segundo pacto contó con la mediación de Francia y Alemania y la ratificación del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Además del alto al fuego, el acuerdo promulgaba la concesión de un estatus especial a las regiones de Donetsk y Lugansk y la retirada de las tropas y del armamento ruso. Sin embargo, las discrepancias en las interpretaciones del acuerdo han dificultado su cumplimiento.

Un alto al fuego condicionado al autogobierno del Donbás

La guerra del Donbás se originó en noviembre de 2013, cuando miles de manifestantes protestaron en Kiev contra la decisión del presidente ucraniano, Víktor Yanukóvich, de suspender la firma de los acuerdos de asociación y libre comercio con la Unión Europea. Las protestas nacionalistas y europeístas provocaron la destitución de Yanukóvich y, a su vez, el levantamiento de las comunidades rusas de la península de Crimea y del este de Ucrania. Rusia aprovechó la situación para anexionarse Crimea en marzo de 2014 y apoyar a las milicias separatistas de Donetsk y Lugansk.

El avance del conflicto precipitó las negociaciones diplomáticas. La primera iniciativa fue el Grupo de Contacto Trilateral sobre Ucrania. Este grupo se formó tras la elección de Petró Poroshenko como presidente ucraniano y aglutinó a delegados de Ucrania, Rusia y la OSCE. Poroshenko impulsó un plan de paz que promovía el fin de los combates, la liberación de los rehenes, la amnistía de los combatientes y una descentralización que asegurara el autogobierno y las elecciones en las provincias del Donbás. La propuesta contaba con el beneplácito de Moscú, aunque condicionaba su respaldo a la presencia de los rebeldes prorrusos en las conversaciones.

Francia y Alemania, clave en la negociación

Pese a la oposición inicial de Kiev, el Grupo de Contacto Trilateral tuvo sus primeras reuniones con los separatistas a finales de julio en Minsk, capital de Bielorrusia, para cesar las hostilidades. Esto se consiguió en septiembre de 2014 con la firma del Protocolo de Minsk. El documento constaba de doce partes y se asemejaba al plan de Poroshenko. Sin embargo, ambas partes violaron el alto al fuego durante las semanas posteriores, lo que obligó a redactar un memorándum que aclarase la implementación del pacto. Este memorándum incluía la creación de una zona desmilitarizada en la frontera o la retirada del armamento pesado ruso. Pero el estallido de la segunda batalla del Aeropuerto Internacional de Donetsk a finales de mes acabó con cualquier esperanza de detener los combates. 

En busca de alternativas, la fórmula escogida para retomar las conversaciones fue el cuarteto de Normandía. Este grupo, formado por Rusia, Ucrania, Francia y Alemania, guio las negociaciones que desembocaron en la firma del Minsk II en febrero de 2015. El nuevo pacto contaba con trece partes y profundizaba las disposiciones del anterior. La aprobación del Minsk II detuvo los combates más sangrientos en el frente, pero las interpretaciones contrapuestas de rusos y ucranianos han dificultado su aplicación.

¿Un punto de partida para el final del conflicto?

Los acuerdos de Minsk son impopulares en Ucrania: apenas un 12% de la población apoya su implementación. El estatus especial de Donetsk y Lugansk resulta sensible para el Gobierno ucraniano, que quiere restablecer su control sobre estos territorios antes de otorgarles un mayor autogobierno. Rusia, por el contrario, considera que no es parte directa del conflicto y que, por tanto, no está obligada a cumplir con los pactos.

Moscú, además, sostiene que los acuerdos comprometen a Kiev a proporcionar una amplia autonomía a las regiones del Donbás. También pretende que los separatistas cuenten con representación en el Parlamento ucraniano, pudiendo vetar las decisiones de Kiev en política exterior. A pesar de estas desavenencias, los líderes occidentales ven estos acuerdos como el punto de partida para encontrar una solución al conflicto reciente entre Rusia y Ucrania.

   

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario