No esperaban,
eso sí, que el 8 de marzo de 2018 se llevara a cabo la huelga feminista que
convirtió la lucha por los derechos de las mujeres en el movimiento más
transformador de los últimos tiempos; aquel que fue capaz de colectivizar que
los problemas de las mujeres son comunes y que solo si abordamos la necesaria
redistribución de la riqueza, de los usos del tiempo y de los cuidados,
podremos hablar de igualdad real y efectiva. Han pasado tres años desde aquel
día que nos emocionó a todas y que mostró que la sociedad quería dar un paso
adelante, luchar contra la corrupción, la desigualdad y el machismo estructural
de nuestro país; y hoy, en el contexto de una crisis sanitaria, social y
económica como la que vivimos, se ha demostrado que la agenda feminista es más
importante que nunca.
Los datos siguen siendo demoledores para las mujeres en términos de empleo: un 53% de las personas en paro son mujeres; el 52,3% de las personas beneficiadas por los ERTE son mujeres; el 98% de las personas ocupadas en el sector de la limpieza o el empleo doméstico son mujeres; solo un 6,9% de los hombres trabaja a tiempo parcial, mientras que el 23,5% de las mujeres están en esta situación laboral; ese año, en 2018, 56.000 mujeres dejaron sus empleos para poder cuidar a sus hijos e hijas, mientras que solo 8.100 hombres tomaron esa decisión.
Mientras
tanto, el techo de cristal sigue sobre nuestras cabezas. Las mujeres tienen
muchas más dificultades para llegar a altos cargos, a puestos de
responsabilidad, de dirección de empresa o de partidos políticos. También en el
mundo de la academia, del deporte, del cine o de la Universidad las distancias
son abismales.
Queda, por tanto, mucho por hacer. Todas las
instituciones tienen una deuda con las mujeres y todas deben saldarla. Las
empresas deben empezar a aplicar los marcos de igualdad retributiva, las
Comunidades Autónomas y los Ayuntamientos deben empezar a distribuir recursos
para mujeres víctimas de la violencia machista, y debemos empezar cuanto antes
la tarea de construir un Estado de bienestar que asuma los cuidados de personas
dependientes y de niños y niñas, y no los deje a cargo de las mujeres a costa
de su tiempo, sus tareas y su desarrollo personal y profesional.
La vuelta del Ministerio de Igualdad
Diez años más tarde, gracias al empuje del movimiento
feminista, de nuevo España cuenta con un Ministerio de Igualdad para afrontar
todo lo que nos ocurre por ser mujeres. La virulencia de los ataques de la
extrema derecha, la reacción a las políticas feministas y el miedo a la pérdida
de privilegios propios del patriarcado son la muestra de la necesidad
abrumadora de un Gobierno feminista que ponga por delante a quienes,
tradicionalmente, siempre salimos perdiendo.
Desde enero de 2020 el ministerio no ha
dejado de dar pasos para luchar contra las violencias machistas, redistribuir
la riqueza y los cuidados, y avanzar en la igualdad del colectivo LGTBI y de
las personas migrantes y racializadas..
Desde enero de
2020 el ministerio no ha dejado de dar pasos para luchar contra las violencias
machistas, redistribuir la riqueza y los cuidados, y avanzar en la igualdad del
colectivo LGTBI y de las personas migrantes y racializadas. Y es algo de lo
que, como organización, podemos sentirnos orgullosas.
Lucha contra
las violencias machistas
Somos unos de
los pocos países en el mundo que ha tomado medidas específicas contra la
violencia de género en el marco de la COVID-19 al sacar adelante el Plan de
Contingencia contra la Violencia de Género que, entre otras cosas, declaraba
como esenciales los servicios de atención integral a las víctimas de violencia
de género.
Hemos promovido la Ley de Garantía Integral de la
Libertad Sexual, la Ley de Solo Sí es Sí, que pone en el centro el
consentimiento; que legisla el grito de las mujeres «no es abuso, es
violación»; que lucha contra todo tipo de violencias sexuales, y que recupera
la tercería locativa y se atreve, de una vez por todas, con la industria
proxeneta.
Hemos trabajado con Vicepresidencia Segunda para que la Ley de Protección Integral de la Infancia frente a la Violencia tenga perspectiva feminista e incluya demandas largamente solicitadas: la eliminación del falso síndrome de alienación parental o la suspensión del régimen de visitas porque «un maltratador no puede ser un buen padre».
Hemos promovido la Ley de Garantía Integral de la Libertad Sexual, la
Ley de Solo Sí es Sí, que pone en el centro el consentimiento; que legisla el
grito de las mujeres «no es abuso, es violación»; que lucha contra todo tipo de
violencias sexuales, y que recupera la tercería locativa y se atreve, de una
vez por todas, con la industria proxeneta
Hemos
aumentado el presupuesto para el Pacto de Estado contra la Violencia de Género.
Estamos desarrollando una Estrategia Nacional
contra la Violencia Machista que garantice que las medidas tan necesarias del
Pacto de Estado se conviertan en permanentes, así como los recursos económicos
necesarios.
Para afrontar la salida de la crisis, hemos
presentado el Plan España te Protege contra la Violencia Machista ante la Unión
Europea, dentro de los fondos de recuperación y resiliencia.
Hemos trabajado con Vicepresidencia
Segunda para que la Ley de Protección Integral de la Infancia frente a la
Violencia tenga perspectiva feminista e incluya demandas largamente
solicitadas: la eliminación del falso síndrome de alienación parental o la suspensión
del régimen de visitas porque «un maltratador no puede ser un buen padre». Redistribución
de la riqueza y de los cuidados Hemos
promovido el Plan Corresponsables: 200 millones de euros para garantizar el
derecho al cuidado de niñas, niños y adolescentes menores de 14 años, haciendo
que por primera vez el Estado se corresponsabilice también del cuidado y no lo
deje solo en manos de las mujeres. Hemos promovido el Real Decreto de Igualdad Retributiva para obligar a
las empresas a llevar un registro retributivo de todos los puestos de trabajo y
alcanzar la transparencia y la igualdad salarial.
ambién
impulsamos el Real Decreto de Planes de Igualdad para que sean negociados por
los trabajadores y trabajadoras y para que incluyan un diagnóstico detallado de
la situación de cada empresa para hacer un seguimiento y una evaluación que
lleven a transformaciones reales. Redistribución de la riqueza y de los cuidados Queremos promover una
Ley de Igualdad LGTBI que cumpla con la deuda histórica de este colectivo.
Por un futuro realmente
feminista, este 8M que nada ni nadie nos limite.
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