lunes, 8 de marzo de 2021

Acto "Poder Feminista", con Sira Rego, Yolanda Díaz, Irene Montero y Ada...


Se acerca un nuevo 8M y ahora más que nunca, frente a la reacción y a la violencia política de la extrema derecha contra el feminismo, necesitamos que todas las mujeres, con toda nuestra diversidad, digamos claro que no vamos a permitir que nada ni nadie nos limite. Este grito será, sin duda, el mejor homenaje a todas las que han estado este durísimo año al frente de las tareas de cuidados que la pandemia ha exigido. En este 8M, desde Podemos, queremos hacer un reconocimiento a todas ellas.




En los últimos diez años España no había podido contar con un Ministerio de Igualdad. No había ministerio, no había recursos ni institución en la que creer para sacar adelante políticas públicas feministas que transformaran la vida de las mujeres. Contábamos, sin embargo, con las políticas de saqueo de lo público del Partido Popular, con un constante expolio que contribuyó, considerablemente, a que la desigualdad entre hombres y mujeres fuera cada vez mayor. Partimos, por tanto, de una década de constante retroceso de lo común, de aquellos servicios que sostienen la vida. Detrás de «hemos vivido por encima de nuestras posibilidades» se ha escondido una reforma intensa de nuestro sistema que ha institucionalizado que la igualdad real no fuese alcanzable.

No esperaban, eso sí, que el 8 de marzo de 2018 se llevara a cabo la huelga feminista que convirtió la lucha por los derechos de las mujeres en el movimiento más transformador de los últimos tiempos; aquel que fue capaz de colectivizar que los problemas de las mujeres son comunes y que solo si abordamos la necesaria redistribución de la riqueza, de los usos del tiempo y de los cuidados, podremos hablar de igualdad real y efectiva. Han pasado tres años desde aquel día que nos emocionó a todas y que mostró que la sociedad quería dar un paso adelante, luchar contra la corrupción, la desigualdad y el machismo estructural de nuestro país; y hoy, en el contexto de una crisis sanitaria, social y económica como la que vivimos, se ha demostrado que la agenda feminista es más importante que nunca.


Los datos siguen siendo demoledores para las mujeres en términos de empleo: un 53% de las personas en paro son mujeres; el 52,3% de las personas beneficiadas por los ERTE son mujeres; el 98% de las personas ocupadas en el sector de la limpieza o el empleo doméstico son mujeres; solo un 6,9% de los hombres trabaja a tiempo parcial, mientras que el 23,5% de las mujeres están en esta situación laboral; ese año, en 2018, 56.000 mujeres dejaron sus empleos para poder cuidar a sus hijos e hijas, mientras que solo 8.100 hombres tomaron esa decisión.




Los números no son menos escandalosos si hablamos de cuidados: el 90,93% de las excedencias para cuidar a hijos e hijas las han pedido las mujeres; el 81,26% de las excedencias para cuidar a otro familiar, mayor o dependiente también son mujeres; el 87,9% de las personas que salieron del mercado laboral para dedicarse exclusivamente a los cuidados fueron mujeres.





Mientras tanto, el techo de cristal sigue sobre nuestras cabezas. Las mujeres tienen muchas más dificultades para llegar a altos cargos, a puestos de responsabilidad, de dirección de empresa o de partidos políticos. También en el mundo de la academia, del deporte, del cine o de la Universidad las distancias son abismales.



Queda, por tanto, mucho por hacer. Todas las instituciones tienen una deuda con las mujeres y todas deben saldarla. Las empresas deben empezar a aplicar los marcos de igualdad retributiva, las Comunidades Autónomas y los Ayuntamientos deben empezar a distribuir recursos para mujeres víctimas de la violencia machista, y debemos empezar cuanto antes la tarea de construir un Estado de bienestar que asuma los cuidados de personas dependientes y de niños y niñas, y no los deje a cargo de las mujeres a costa de su tiempo, sus tareas y su desarrollo personal y profesional.


La vuelta del Ministerio de Igualdad

Diez años más tarde, gracias al empuje del movimiento feminista, de nuevo España cuenta con un Ministerio de Igualdad para afrontar todo lo que nos ocurre por ser mujeres. La virulencia de los ataques de la extrema derecha, la reacción a las políticas feministas y el miedo a la pérdida de privilegios propios del patriarcado son la muestra de la necesidad abrumadora de un Gobierno feminista que ponga por delante a quienes, tradicionalmente, siempre salimos perdiendo.

 

Desde enero de 2020 el ministerio no ha dejado de dar pasos para luchar contra las violencias machistas, redistribuir la riqueza y los cuidados, y avanzar en la igualdad del colectivo LGTBI y de las personas migrantes y racializadas..


Desde enero de 2020 el ministerio no ha dejado de dar pasos para luchar contra las violencias machistas, redistribuir la riqueza y los cuidados, y avanzar en la igualdad del colectivo LGTBI y de las personas migrantes y racializadas. Y es algo de lo que, como organización, podemos sentirnos orgullosas.

 


Lucha contra las violencias machistas

 

Somos unos de los pocos países en el mundo que ha tomado medidas específicas contra la violencia de género en el marco de la COVID-19 al sacar adelante el Plan de Contingencia contra la Violencia de Género que, entre otras cosas, declaraba como esenciales los servicios de atención integral a las víctimas de violencia de género.

Hemos promovido la Ley de Garantía Integral de la Libertad Sexual, la Ley de Solo Sí es Sí, que pone en el centro el consentimiento; que legisla el grito de las mujeres «no es abuso, es violación»; que lucha contra todo tipo de violencias sexuales, y que recupera la tercería locativa y se atreve, de una vez por todas, con la industria proxeneta.

Hemos trabajado con Vicepresidencia Segunda para que la Ley de Protección Integral de la Infancia frente a la Violencia tenga perspectiva feminista e incluya demandas largamente solicitadas: la eliminación del falso síndrome de alienación parental o la suspensión del régimen de visitas porque «un maltratador no puede ser un buen padre».

Hemos promovido la Ley de Garantía Integral de la Libertad Sexual, la Ley de Solo Sí es Sí, que pone en el centro el consentimiento; que legisla el grito de las mujeres «no es abuso, es violación»; que lucha contra todo tipo de violencias sexuales, y que recupera la tercería locativa y se atreve, de una vez por todas, con la industria proxeneta

 

Hemos aumentado el presupuesto para el Pacto de Estado contra la Violencia de Género.

Estamos desarrollando una Estrategia Nacional contra la Violencia Machista que garantice que las medidas tan necesarias del Pacto de Estado se conviertan en permanentes, así como los recursos económicos necesarios.

Para afrontar la salida de la crisis, hemos presentado el Plan España te Protege contra la Violencia Machista ante la Unión Europea, dentro de los fondos de recuperación y resiliencia.

Hemos trabajado con Vicepresidencia Segunda para que la Ley de Protección Integral de la Infancia frente a la Violencia tenga perspectiva feminista e incluya demandas largamente solicitadas: la eliminación del falso síndrome de alienación parental o la suspensión del régimen de visitas porque «un maltratador no puede ser un buen padre».


Redistribución de la riqueza y de los cuidados

Hemos promovido el Plan Corresponsables: 200 millones de euros para garantizar el derecho al cuidado de niñas, niños y adolescentes menores de 14 años, haciendo que por primera vez el Estado se corresponsabilice también del cuidado y no lo deje solo en manos de las mujeres.

Hemos promovido el Real Decreto de Igualdad Retributiva para obligar a las empresas a llevar un registro retributivo de todos los puestos de trabajo y alcanzar la transparencia y la igualdad salarial

Hemos promovido el Real Decreto de Igualdad Retributiva para obligar a las empresas a llevar un registro retributivo de todos los puestos de trabajo y alcanzar la transparencia y la igualdad salarial.

ambién impulsamos el Real Decreto de Planes de Igualdad para que sean negociados por los trabajadores y trabajadoras y para que incluyan un diagnóstico detallado de la situación de cada empresa para hacer un seguimiento y una evaluación que lleven a transformaciones reales.


Redistribución de la riqueza y de los cuidados

Queremos promover una Ley de Igualdad LGTBI que cumpla con la deuda histórica de este colectivo.


Estamos en condiciones de impulsar una Ley Trans que garantice los derechos humanos y la no discriminación de las personas trans


Es mucho lo caminado en un año, pero somos conscientes de que hace falta más. Sobre todo es necesaria una respuesta unitaria del feminismo frente a las amenazas de la extrema derecha. Si algo nos enseñó la huelga feminista y nos ha vuelto a enseñar esta crisis sanitaria, social y económica, es que existen una serie de trabajos —remunerados o no— que nunca pueden dejar de hacerse y que son esenciales para la vida. El Estado no puede seguir dando la espalda a estos trabajos, vinculados a los cuidados y que han desarrollado mayoritariamente las mujeres. Tenemos una deuda con todas las mujeres que se han hecho cargo de ellos, pero también con cada una de las asesinadas, de las agredidas, de las vulnerables.

Por un futuro realmente feminista, este 8M que nada ni nadie nos limite.



 

 


 




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