Nos ven como súbditos (Por qué tiene que pasar la
monarquía)
El mundo
occidental está en una encrucijada, como viene ocurriendo cada vez que el
modelo económico llega a cuellos de botella Las salidas son siempre terribles:
el colonialismo y el imperialismo en el último tercio del siglo XIX, la Primera
Guerra Mundial, limpiezas étnicas, es decir, genocidios, el auge de los
fascismos, la segunda guerra mundial, las dictaduras…
En cada uno de esos momentos siempre hubo una tensión entre
posiciones emancipadoras y posiciones reaccionarias. Unas buscaban reconocer
derechos a las mayorías; las otras, mantener la estructura de privilegios. En
esa tensión, los que hablaban en nombre de la democracia y los derechos de las
mayorías, se equivocaron muchas veces profundamente, pero no vamos a olvidar
que esos errores casi siempre eran una reacción a los que les tenían la rodilla
en el cuello y no les dejaban respirar. No vale que te pongan la zancadilla y
cuando estás en el suelo te digan que ibas por mal camino.
Los teóricos
socialdemócratas cometieron errores de bulto al pensar que se podía sin más
domesticar al capitalismo. Terminaron por no entender que en las sociedades de
clases, la
tensión entre las élites privilegiadas y los derechos de las mayorías nunca
desaparece. Y que cuando las mayorías se despistan, las oligarquías regresan y
vuelven a convertir las democracias en dictaduras con elecciones y a las
dinastías reales en estercoleros monoculturales.
Thomas
Humprey Marshall (que no es el del Plan Marshall), publicó en 1949 un libro
sobre los derechos de ciudadanía que marco época. Desde entonces, entendemos la
ciudadanía como derechos civiles, políticos y sociales. Pero Marshall se
equivocó en algo esencial, porque creyó y trasladó la idea de que los derechos
de ciudadanía son irreversibles. Y es un error de bulto. Cada
vez que la ciudadanía se relaja, cambia la correlación de fuerzas y los
derechos se pierden.
Uno de los factores
esenciales para que no nos relajemos, es que los medios de comunicación nos
recuerden que los derechos que no se defienden, se pierden. Pero no lo hacen.
Porque sus dueños quieren que pensemos precisamente lo contrario. Los
poderosos siempre tienen más posibilidades de reunirse que las mayorías.
Funciona más eficazmente Davos, el Banco Mundial, el FMI que la Confederación
de sindicatos europeos, Naciones Unidas, el Foro Social Mundial o cualquier
internacional de izquierdas.
En España, la monarquía ha sido el cemento de las oligarquías. Por eso,
tradicionalmente, al lado de la monarquía ha estado el dinero comprando, la
iglesia bendiciendo, el ejército golpeando, la universidad legitimando y los
medios de comunicación aplaudiendo y ocultando.
Hay una cloaca que comunica a Villarejo con el Rey Emérito, al Rey
Emérito con el Rey Felipe VI, a la trama de corrupción donde ha estado el
Partido Popular con los empresarios corruptores que hacían obra pública con
trampas, hay una cloaca en las altas instancias policiales que
comunica con la Brigada Político y Social franquista que comunica a su vez a
Conesa, Billy el niño, Villarejo, los GAL y a todos los partidos que estuvieron
de acuerdo en hacer ejecuciones extrajudiciales. Hay una cloaca perfumada, bien
iluminada y bien sintonizada que todas las mañanas les dice a las víctimas que
amen a sus verdugos. Cuando no defendemos bien
nuestros derechos, nos los terminan quitando.
La Fiscal
General del Estado, Dolores Delgado, actual pareja de Baltasar Garzón, que es
-y todavía no lo entiendo- abogado de los comisarios de la policía política del
PP, Eugenio Pino, Enrique García Castaño y Carlos Salamanca, se reúne con
Eduardo Inda y Manuel Cerdán, periodistas de las cloacas, el día después de que
el Juez García Castellón, firmara la liberación de Villarejo. Liberado porque
ni el juez ni la fiscalía han hecho bien su trabajo y han dejado que salga a
destruir pruebas y a continuar sus amenazas como gran cloaquero. Es un maldito
escándalo. Y encima nos tratan como a imbéciles y publican corriendo una
entrevista en OK Diario a ver si cuela. Sin fotógrafos ni fotos, porque no las
hicieron, sin el jefe de prensa, porque no fue, y, qué curioso, con el número
dos de la fiscalía. Y en un piso secreto.
La
fiscal general del Estado reunida con el periodista aliado de Villarejo que
publicó noticias falsas entregadas por Villarejo para influir en la marcha de
la política española. El mismo Villarejo amigo de mi querida Ana Rosa Quintana
y amigo de Antonio Ferreras que me quiere menos. Dos de los periodistas más
influyentes de España intimando con un señalado delincuente como Villarejo.
¿El resultado? Informaciones, casi siempre falsas, como el Informe
PISA, la falsa financiación de Podemos, el teléfono robado a Dina por las
cloacas, acusaciones falsas de malversación o facturas falsas.... Informaciones que
siempre beneficiaban al bipartidismo y al Ciudadanos de Albert Rivera.
En España, la legitimidad monárquica sigue siendo para las élites
superior a la legitimidad democrática. Son muchas
instituciones del Estado y unos pocos , esa gente gritando bajo el sol ¡Vivan
los Reyes! Que es la versión moderna del "Vivan las caenas" con
revistas ilustradas con reportajes del palacio de Marivent bajo el brazo.
Todo
esto es así porque las élites nos ven como súbditos.
¿Entendemos por qué se han vacunado la infantas?
¿Entendemos por qué está el Emérito en Dubai a cuerpo de rey
con toda la pasta que tiene que es incapaz de decir de dónde la ha sacado?
¿Entendemos por qué la Agencia Tributaria le echó una mano a la
Infanta Cristina y las dos al Emérito pero para ayudarle?
¿Entendemos por qué no le llega el Ingreso Mínimo Vital a toda la
gente que le tenía que llegar?
¿Entendemos
por qué cuesta tanto que el PSOE cumpla los acuerdos de
gobierno y se regulen los alquileres para que las
colas del hambre sean menos
dolorosas?
¿Entendemos por qué el PP, con cientos de casos de corrupción,
grita todos los días echando espuma por la boca y por qué Aznar,
que metió a España en la guerra de Irak con mentiras, sigue mintiendo en los
medios de comunicación que le invitan a la ceremonia el ruido?
¿Entendemos por qué hay jueces de extrema derecha que dicen
barbaridades y otros más prudentes pero que también hacen barbaridades?
¿Entendemos por qué intentan imputar todos los días con alguna
estupidez a la gente de Podemos?
¿Entendemos por qué se han permitido en Madrid manifestaciones sin
ninguna regulación de fascistas, negacionistas y defensores de la educación
privada, pero se prohíben concentraciones reguladas y con seguridad que
luchan por los derechos de la mujer el 8M?
¿Entendemos por qué los malos de este país para los medios son los
de Podemos, aunque Podemos sea minoría en el gobierno?
El 15M dijimos aquello de dormíamos y despertamos. Pues a ver si
es verdad.
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