Antología de propuestas económicas (V). Bolívar-oro
Pasqualina
Curcio
Defender
nuestra moneda de los ataques imperiales pasa por aumentar los ingresos en
divisas y hacer un buen uso de ellas, sobre todo, si los ingresos, como
consecuencia del bloqueo económico, se han visto mermados. También pasa por
blindarla, por fabricarle un buen escudo con incrustaciones de oro y de
diamantes.
Aquí
sumamos otras propuestas a la colección:
- Auditar la deuda externa: revisar lo
que realmente debemos y cuánto nos corresponde pagar por compromisos de
deuda externa es garantizar el buen uso de las divisas, además, es un
asunto de independencia y de soberanía.
Según
datos del BCV, para el primer trimestre de 2019, la deuda externa sumaba US$
110 mil millones, de los cuales US$ 91 mil millones es pública y la diferencia
es privada. A inicios del 2013 era de US$ 130 mil millones. A simple vista
pudiésemos pensar que la hemos disminuido durante estos 6 años, pero no ha sido
así. Desde el 2013 hemos pagado unos US$ 97 mil millones: US$ 57 mil millones
en capital y US$ 40 mil millones en intereses. Según los mismos datos del BCV
hemos adquirido nueva deuda por US$ 31 mil millones.
Dada
la caída de los ingresos en divisas debido a la disminución de las
exportaciones petroleras, a su vez consecuencia, entre otras razones, de la
baja producción de hidrocarburos por el bloqueo económico, muy probablemente
sea necesario refinanciar la deuda externa, lo cual, por cierto, es competencia
del legislativo, a menos que en el marco de la Ley Antibloqueo, el Ejecutivo se
encargue de este asunto por ser una “fuente de ingresos de divisas
adicionales”.
Recordamos
que quien presta dinero siempre va a poner sus condiciones. Un claro ejemplo
fue el Plan Dawes negociado entre la República de Weimar y Estados Unidos en
1924 después de la 1era Guerra Mundial. Alemania vivía un proceso de
hiperinflación inducida por la manipulación del marco por parte de EEUU
(cualquier parecido con nuestra realidad no es casualidad), adicionalmente
tenía la obligación de resarcir todos los daños de la guerra a las potencias
aliadas según lo impuesto en el Tratado de Versalles.Para rematar su industria
estaba completamente destruida por la guerra.
Llegaron
los gringos y “muy amablemente” se ofrecieron a prestarle el dinero a los
alemanes, además “intercedieron” para que los franceses e ingleses
flexibilizaran los pagos de la deuda. Obviamente no era de gratis, a cambio,
los alemanes debieron comprometerse a destinar los recursos del préstamo, es
decir, el ingreso de esas nuevas divisas, para importar todos los bienes de
EEUU y para garantizarle extraordinarias condiciones a la inversión
estadounidense en territorio germánico. No conforme con ello, debieron ceder al
pedido de que su política monetaria fuese dirigida por las potencias aliadas, o
sea, indirectamente, por los gringos, principales financistas de los franceses
e ingleses.
Luego
de estas negociaciones y como por arte de magia, de la noche a la mañana, la
depreciación inducida del marco alemán y, por lo tanto, la hiperinflación,
desaparecieron. El costo de detener el alza de los precios fue muy alto para
los alemanes: la entrega de la soberanía.
Una
gran responsabilidad de garantizar nuestra soberanía e independencia económica
en el marco del refinanciamiento de la deuda externa recae sobre los diputados
de la nueva Asamblea Nacional y también sobre los ejecutores de la Ley
Antibloqueo.
- Bolívar-oro. En 1971, de manera unilateral, el imperialismo
estadounidense impuso un orden monetario mundial. Se desprendió del patrón
oro y anunció que el precio de las monedas dependería de la
confianza/desconfianza. A partir de ese momento, se le ha hecho más
sencillo al imperio atacar las monedas de los países que no están
alineados a sus intereses. Nada más manipulable que la
“confianza/desconfianza”.
Pareciera
que el mundo está avanzando hacia un nuevo orden monetario en el que el dólar
no sea la única moneda de referencia, que el petróleo pueda comprarse con otras
divisas distintas al dólar y que éstas estén respaldadas en activos tangibles y
medibles, pero, sobre todo, no manipulables.
En
ese contexto se enmarca la propuesta del bolívar-oro. El objetivo principal es
que el precio de la moneda de circulación nacional, la que se usa para pagar
todos los bienes y servicios de la economía, repetimos, todos, incluyendo el
salario, se fije con respecto a un activo tangible, cuantificable y
verificable, que no siga dependiendo de algo tan vulnerable y manipulable como
es la “confianza/desconfianza”.
Precio del Bolívar-Oro: en las bóvedas del BCV tenemos, según el Consejo
Mundial del Oro, 163,2 TN de oro, que equivalen a 5.182.700 onzas troy. Por
otra parte, según el BCV, hay 277.629.536 millones de bolívares circulando en
la economía. Si dividimos la cantidad de bolívares entre las onzas de oro nos
resulta que hay 53.568.504 de bolívares por cada onza de oro. Como cada onza
tiene un precio de 1.890 dólares, podemos decir que 1 dólar equivale a 28.343
bolívares (aplicamos una simple regla de tres: si 1 onza equivale a 1.890
dólares y a su vez 1 onza equivale a 53.568.504 bolívares, entonces 1.890
dólares equivalen a 53.568.504 bolívares, por lo tanto, 1 dólar equivale a
28.343 bolívares lo que resultó de dividir 53.568.504 BsS entre 1,890 US$).
Así
calculado, el precio del bolívar-oro depende de: 1) la cantidad de oro que hay
en las bóvedas del BCV, perfectamente cuantificable y verificable, 2) la
cantidad de bolívares que circula en la economía también comprobable, y 3) el
precio internacional del oro que está expresado en cualquier divisa (dólares,
yuanes, yenes, libras, euros, etc.).
Es
el caso que, actualmente, los precios de nuestra economía (excepto los
salarios) se están marcando a un tipo de cambio (criminal) igual a 690.000
BsS/US$. Si el precio del bolívar-oro partiese de este tipo de cambio,
resultaría que todos los bolívares que circulan están respaldados por apenas el
4% de las 162 TN de oro guardadas en las bóvedas. En otras palabras, hay un
margen suficiente de oro (96% de las reservas) para respaldar el precio actual
del bolívar, lo que además muestra el nivel de criminalidad del imperialismo al
atacar diariamente nuestra moneda.
Esta
propuesta, además de desprendernos del dólar como moneda de referencia,
permitiría corregir la paradoja y el error cometido cuando en agosto de 2018,
en el marco del Plan de Recuperación y Prosperidad Económica se relacionó el
bolívar con el petro basándolo en el tipo de cambio criminal. Con la propuesta
que aquí presentamos, el bolívar fijaría su precio en función del oro y el
petro en función del petróleo. La relación entre ambos vendría determinada por
el precio de cada uno y no por el tipo de cambio criminal tal como está
ocurriendo actualmente y desde 2018.
Las
sugerencias para resolver la paradoja actual bolívar-petro también forman parte
de nuestra colección de propuestas económicas, lo alertamos y la expusimos por
primera vez en noviembre de 2018. La hemos incluido en esta Antología y la
presentaremos en la próxima entrega que dedicaremos al Petro.
Todas las
propuestas compiladas en esta Antología son solo eso, propuestas que ofrecemos
a los candidatos a diputados de la nueva Asamblea Nacional patriota para que
sean debatidas. Caracteriza a esta colección que todas fueron tamizadas por dos
condiciones de rigor exigidas por Chávez: que permitan avanzar hacia el
socialismo y que garanticen nuestra soberanía. Hasta ahora todas han pasado la
prueba.
- Antología de propuestas
económicas (IV). Defender el Bolívar | Pasqualina Curcio
- Antología de propuestas
económicas (III): Salarios/Ganancias | Pasqualina Curcio
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