MITIN DE VISTALEGRE 7 DE OCTUBRE DE 2018
INTERVENCIÓN DE SANTIAGO ABASCAL
Muchísimas
gracias. La España viva ha despertado. Gracias a Dios. Quiero deciros algo, a pesar de estos aplausos y de este cariño que
nos mostráis... No estáis aquí por un partido, ni estáis aquí por unas personas. No
estáis aquí tras Javier Ortega, tras Rocío Monasterio, tras Santiago Abascal, ni tan
siquiera tras José Antonio Ortega Lara, aunque de alguna manera todos estamos detrás de él. Estáis aquí por
España. Estáis aquí para defender vuestra patria, para defender vuestra
libertad, estáis aquí para defender la herencia que os han dado vuestros padres y
estáis aquí para defender el futuro y la prosperidad de vuestros hijos. Porque VOX es
sólo un instrumento al servicio de España.
Por eso,
voy a empezar diciéndoos lo más importante que hoy os quería decir: no hemos venido a ganar en España, hemos venido para
que España gane con nosotros.
La
España viva ha conquistado Vistalegre y lo ha hecho de una manera« (gritos de fondo con ¡Presidente, presidente!) Muchas
gracias. La España viva ha conquistado esta plaza y lo ha hecho de una manera rotunda y de
una manera incontestable. Miles de personas se han
quedado a las puertas de Vistalegre, porque la España viva quería ser inequívoca
y quería demostrar que es mucho más fuerte que aquellos que quieren ver a
España muerta. VOX está, y lo sabéis
bien, muy solo entre los partidos. Mejor solo que mal acompañado, pero está cada vez más acompañado por los españoles.
Hemos desbordado, habéis desbordado
este coso y desbordaremos las urnas cuando a España le vuelvan a dar la voz que
se le ha arrebatado.
El despertar
de esta España viva es ya un hecho incontestable. Miles de personas se alistan en el proyecto de VOX todos los
meses, miles de personas, miles de españoles abarrotan las plazas y teatros convocados por
vox en toda la geografía nacional. Y ya ninguna empresa de encuestas se atreve a
ocultar la evidencia, que vox tendrá muy pronto representación para que la voz de la
España viva exista en todos los parlamentos.
Una nación no despierta de su letargo por
casualidad, España no se levanta de vez en cuando al azar. Una nación reacciona y despierta cuando tiene
inercia histórica, cuando tiene sangre en las venas y cuando la molestan como están
molestando a España.
Y en esta
hora de los cobardes y de los traidores, son demasiados los ultrajes, las vejaciones que recibe
nuestra patria por
parte de aquellos
que la consideraban moribunda o acabada. Desprecian a España y a su capacidad
de reacción y por eso tenemos un
gobierno cómplice de la invasión migratoria, por eso tenemos un gobierno que
cabalga sobre la traición en Cataluña, por eso tenemos un gobierno que continúa
con el revanchismo histórico y por eso tenemos un gobierno que continúa con el
lento suicidio del estado de las autonomías, porque no aman a España. Ese es el
gobierno, ese es el gobierno de la España muerta, pero
la España viva tiene su genio, tiene su pueblo y
tiene a su rey. Y hoy España tiene también a VOX.
Yo os voy a
decir por qué hemos llegado hasta aquí y por qué vosotros habéis venido hasta aquí. Porque VOX representa la valentía y la claridad que
gusta y que caracteriza a los españoles y porque VOX representa la
perseverancia que ha caracterizado a una nación como la española. La perseverancia
porque vox está aquí rodeada de españoles, y de muchos otros que querrían estar, porque
ha perseverado y porque ha superado una travesía en el desierto cuando decían que no
teníamos nada que hacer, que éramos cuatro gatos que cabíamos en un taxi.
Yo
quiero hoy hacer un reconocimiento a quien fue
nuestro secretario general en aquel momento de la travesía en el desierto: Iván
Espinosa de los Monteros. Pero vamos a
hablar un poco menos de nosotros y vamos a hablar de la izquierda. Me dan igual progres o comunistas (abucheos) ¡Qué
difícil se lo vais a poner! Porque lo tenían muy fácil hasta ahora. Se sacaban un
sambenito de la chistera y ya tenían a la derechita cobarde gimoteando en una esquina o
a la veleta naranja cambiando de opinión al menor viento de crítica. La
superioridad moral que ha impuesto la dictadura de la corrección política dominada por los
progres, qué opresiva era, qué fácil lo tenían para silenciarnos.
Ayer
preparaba estas palabras y después leía a Hermann Tersch, y decía vaya coincidencia,
voy a decir casi lo mismo que él decía en su artículo:
Que amáis a vuestra patria, ¡fachas!
Que queréis a España, ¡fachas!
Que queréis
defender las fronteras de España, las paredes de vuestro hogar, xenófobos y
fachas...
Que os parece
que la inmigración debe controlarse de alguna manera, racistas y fachas
« Que os
gustan las tradiciones, las fiestas populares y las procesiones de España y de
su mundo rural, retrógrados y fachas.
Que os molestan los impuestos
abusivos que os arrebatan la mitad de vuestro salario y la modesta herencia de vuestros padres en forma de una propiedad, de una
casita. Insolidarios, aunque seáis
mileuristas. Y fachas
«Que os
fastidia que vuestros impuestos paguen 17 parlamentos y a miles de políticos inútiles y traidores: centralistas madrileños aunque seáis
de La Coruña, de Lérida o vascos como yo. Y muy fachas, por
cierto.
Que
rechazáis la Ley de Memoria Histórica que ataca la libertad de expresión, la
libertad de conciencia y la libertad de cátedra: franquistas« y fachas.
Que no
admitís que se criminalice a la mitad de la población por su sexo con las leyes
totalitarias de la ideología de género: machistas« y fachas. Daba igual
lo qué pensaseis, los progres y los comunistas, y una parte también de esa derechita cobarde, tenían un insulto, un sambenito
preparado para lanzaros, casi siempre el mismo: fachas y mil
veces fachas.
Con vox esto se ha acabado, con
vosotros esto se ha terminado, porque los sambenitos y los insultos de Pablo Iglesias, de Pedro
Sánchez y de Quim Torra, nos los ponemos como medallas en el pecho.
Los progres no
contaban con este miura de VOX al que hoy se ha soltado en Vistalegre. No hemos venido
aquí a gustarles a ellos, hemos venido aquí a representar a la España viva, a
representaros a todos vosotros. Y menos aún hemos venido a pedir permiso, a pedir
perdón, o a justificarnos. Hemos venido a señalar a los culpables de la división, del
enfrentamiento y de la ruina de España ¡ahí a combatirles!
Voy a hablar
de un amigo vuestro. Dice el comunista confeso Pablo “mezquitas” que VOX es fascismo, dice que VOX es fascismo.
Llámalo como quieras, Pablo. VOX es la España grande, la España alegre, la España
decente, la España libre ante la que ni podéis, ni podréis. Porque no podéis
estigmatizar todo lo que amamos, todo lo que sentimos y todo lo que pensamos, nuestros sentimientos y
convicciones más profundas, el sentido común y las cosas normales que nos
han enseñado nuestro padres. ¡No podréis lograr nunca que sintamos vergüenza por aquello que merece
sólo orgullo!
La derechita
cobarde y la veleta naranja seguirán actuando como conejos asustados o como boxeadores sonados. Dios quiera que no,
pero eso es lo que algunos prevemos.
Nosotros mientras tanto, nos comportaremos como siempre lo han
hecho los españoles a lo largo de su historia, como nos enseñaron
nuestros padres y nuestras abuelas: con valor, con dignidad, con decoro y con honor. Es decir, nos
comportaremos sin miedo. Y digo esto del miedo porque a partir de hoy
tenéis que prepararos porque os van a culpabilizar, porque van a tratar de que
cale el miedo, unos y otros. Unos van a decir que viene la ultraderecha y los otros también
caerán en la tentación, algunos moderaditos, de decir que viene la ultraderecha. Pero fundamentalmente os van a decir que vais
a ser los culpables de que llegue la
izquierda. Es decir, los mismos que os traicionaron, los mismos que incumplieron todo lo que habían
prometido al electorado, los mismos que dejaron que gobernara la izquierda, los
mismos que no quitaron una sola de las leyes de la izquierda, los mismos que no combatieron
por España en Cataluña ahora os dicen que sois los culpables de que llegue la izquierda y de que el
separatismo está encaramado. Comportaos sin miedo.
Yo recuerdo
hoy a mi padre y a las personas que padecieron la persecución del terrorismo como él, como mi abuelo, como
tantos miles de españoles. Yo recuerdo cómo mi padre en los peores momentos nunca me
transmitió miedo. A nadie de nuestra familia.
En los peores instantes, cuando sabíamos que
podían asesinarnos al día siguiente, cuando acabábamos de velar a un compañero, cuando acababan de
asesinar a alguno de nuestros servidores públicos, nunca me
transmitió el miedo. Y decía que había mucha gente muerta en vida y yo sé por qué no me
transmitió el miedo. No nos transmitió el miedo porque nos quería. Y estos políticos
que os piden el voto, ¿creéis que os quieren? (Público responde no) Pues eso.
Por muy
dantesco que hayamos pintado el panorama nacional, vox tiene una esperanza sincera en esa España viva, esa España viva
que madruga, esa España viva que abre los colegios, que atiende en los hospitales, que levanta la
persiana al alba. Esa España viva que no arría nuestra bandera nacional en
los pueblos más hostiles de Cataluña y todavía adorna sus balcones a pesar de haber
sido abandonada por el Estado.
Esa España viva de los abuelos que cuidan a sus nietos y que con su
pensión dignísima y, a veces, injusta, ayudan a sus hijos y a los
hijos de sus hijos.
Esa España viva de nuestros guardias civiles y policías nacionales que con
total abnegación defienden nuestras fronteras a pesar de que el gobierno les ha
retirado los medios materiales y jurídicos para poder defenderla. Y a pesar de que el gobierno
anima a otros a que pasen por encima de ellos.
Esa España
viva que vive en Alemania o en Londres, o lejos de nuestra patria porque los políticos han acabado con sus
oportunidades y a pesar de lo cual siguen paseando el buen nombre de nuestra patria con orgullo.
Esa España viva de los jóvenes que aman, que amáis a vuestra patria, a vuestra tierra
sin los complejos y las vergüenzas que los progres querrían inocularos.
Esa España viva
que está hoy aquí en Vistalegre y que nos está siguiendo en directo desde sus casas y
que mañana saldrá a conquistar y a convencer con su ilusión a una España que ya
desesperaba. Sabemos lo que quiere la España viva.
La España viva quiere que se
defienda la unidad nacional con toda la contundencia y con todas las consecuencias,
quiere que se suspenda de manera indefinida la autonomía de Cataluña, quiere
que se detenga a los golpistas, incluido a Quim Torra. Que se les juzgue, se les procese
y se les envíe a prisión. Quiere que se ilegalice a los partidos separatistas y quiere que se disuelva a
los Mossos de Esquadra, incluyendo a los leales en el cuerpo
nacional de policía y expulsando de la función pública a los traidores.
La España
viva quiere que la libertad y la igualdad de los españoles sea efectiva en todo el territorio nacional y quiere que se desmantele de una vez por
todas y se ponga en su sitio a ese nefasto estado de las autonomías que
nos quita libertades, que nos hace desiguales, que nos enfrenta, que nos
divide, que nos arruina y que se aleja del proyecto común de España.
Un solo gobierno y un solo
parlamento para todos los españoles.
Una España y no diecisiete.
La España
viva quiere que su hogar sea defendido, que las paredes de su casa sean protegidas, que las vallas de Ceuta y Melilla
se defiendan, que se mejoren si es necesario.
Que a nuestros guardias, a nuestros
policías, a nuestro ejército, a los regulares, a la legión o a quien sea, se le
den los medios materiales y jurídicos para defender nuestra frontera.
Quiere que se
expulse inmediatamente a los que entren sin permiso en nuestra casa y quiere que se
prohíba cualquier tipo de ayuda social a la inmigración ilegal.
Y que se termine con ese
efecto llamada de los que tiran de los impuestos de los españoles para que vengan
miles de personas que no pueden vivir entre nosotros, pero no los quieren meter en sus casas. Porque
tenemos una alcaldesa en Madrid«esa alcaldesa de Madrid que se
emociona cuando dice que les ve saltar la valla y dice “que vengan, porque son los más
fuertes, que vengan que son los más fuertes”.
Y se emociona y se le saltan las
lágrimas, así que la izquierda está en el darwinismo social, en la selección nazi, en
eso es en lo que está la izquierda. Que vengan los más fuertes. Si son los más fuertes y
los mejores y los que tienen algo de dinero para venir, no se los robemos a su propia patria. Y
no hagamos que nuestros hijos, que los españoles se tengan que ir a Alemania, que los
mejores de entre nosotros, los más formados, no encuentren aquí un futuro. ¿Que quieren que vengan? A
la casa de Pablo Iglesias.
La España viva exige que la Unión
Europea, y cualquier institución internacional respete nuestra soberanía, nuestra identidad y nuestras leyes.
Queremos a Europa,
somos Europa con más derecho que
nadie, porque la salvamos del avance islámico en siete siglos de reconquista.
Y porque somos la Europa
de Lepanto. Como decía Javier, somos la Europa de Lepanto, la más alta ocasión
que vieron los siglos.
Eurófobas
son las oligarquías que destruyen la identidad de Europa, que apuestan por la
inmigración masiva, que quieren mano de obra esclava para abaratar los salarios
de los españoles y del resto de los europeos y
que faltan al respeto a países como España, a la que quieren pisotear. Sí, a
nuestra España.
A nuestra
España, a la que se le obliga a excarcelar a terroristas y a violadores, y a la
que no se le entrega los peores criminales
golpistas fugados. Hoy mismo leía en el periódico que Estrasburgo redacta una sentencia que
pondrá en libertad a 21 etarras. No, no la pondrá Estrasburgo, lo
hará este gobierno cobarde por aceptarlo. Nosotros no lo aceptaríamos nunca,
antes está la dignidad de España. Porque nosotros creemos en Europa, somos euro
exigentes, frente a los euro papanatas
que solo quieren obedecer los dictados de los burócratas globalistas de
Bruselas.
La España
viva quiere, ya lo hemos dicho a lo largo del día, pero yo también lo quiero repetir, que se respete y proteja la vida. Y que exista una
especial protección a los más débiles: a los niños en el vientre materno y
a nuestros ancianos.
La España viva quiere libertad con mayúsculas, libertad para
disfrutar del fruto de nuestro esfuerzo sin que un político nos lo confisque para pagar traducciones
en el senado cuando todos nos entendemos en una lengua común.
Libertad para educar a nuestros
hijos sin que venga un político a educárnoslo o una mentecata de
la CUP a decir que tendrían que educarlos en tribus.
Libertad
para opinar del pasado lo que nos dé la gana sin que vengan ningún aprendiz de Stalin a decirnos lo que tenemos que
opinar, o a llevarnos ante una comisión de la verdad.
Libertad para que vosotros opinéis lo
que queráis del pasado de España. Que puede ser diferente de lo que opina otro que
tenéis sentado al lado, diferente de lo que yo opino.
Libertad para que yo pueda decir,
por ejemplo, que el Partido Socialista Obrero Español con estas mismas siglas se sublevó
contra la República, dio un golpe de Estado, asesino al líder de la oposición y provocó una Guerra Civil en
España. Pero nosotros no hemos venido a hablar del pasado, pero que no
piensen que nos van a tener en una esquinita acobardados y pidiendo perdón gimoteando como tenían a
otros.
Libertad para
disfrutar en paz de nuestras tradiciones, de nuestro campo, de nuestro mundo
rural, de nuestras
fiestas populares, de
la fiesta nacional,
de nuestras procesiones. Y al que no le guste, con toda
libertad, que no vaya. Y quiere también sentido común para que los problemas de nuestros agricultores, de
nuestros cazadores, de nuestros ganaderos« Los problemas y el
servicio que hacen a la conservación del medio ambiente y del medio rural, sean
comprendidos desde la lejana y, a veces, tan altiva y soberbia ciudad.
La España
viva quiere que los jóvenes recuperen su futuro, que no tengan que abandonar su patria y, sobre todo, que recuperen aquel
contrato generacional que intercambiaba esfuerzo y mérito por empleo. Ese
contrato que se ha roto, que han destruido
los políticos irresponsables y corruptos condenando a miles y miles de jóvenes españoles
al exilio económico, a los salarios miserables y a no poder tener un proyecto
de vida, iniciar un proyecto de familia.
Esa España
viva quiere que los emprendedores caminen y que incluso galopen sin arrodillarse ante las trabas burocráticas o ante los
impuestos abusivos y confiscatorios. La
España viva quiere que las clases medias recuperen la pujanza, la fuerza y la magnitud que tuvieron antaño y que fortalecían nuestra
sociedad y que se termine con el expolio fiscal que las está
destruyendo.
La España viva quiere elegir el
Estado de Bienestar de la gente, de los españoles frente al Estado de Bienestar de los políticos y de los
partidos. O pensiones o autonomías, o becas para los estudiantes o autonomías,
o impuestos bajos o autonomías, o ayuda a las personas dependientes o
autonomías. ¡Fuera autonomías!
La España
viva quiere seguridad y quiere libertades, quiere que nuestras abuelas puedan caminar por la calle sin que un delincuente
sea español o extranjero, mayoritariamente suele ser extranjero, le tire del bolso. La
España viva quiere poder defender su hogar cuando un ladrón violento entra a asaltar su
casa y quiere tener el derecho, si tiene medios de hacerlo, de poder defender su vida y su propiedad dentro
de su casa.
La España
viva exige que se respete su propiedad también cuando no están dentro de su
propiedad y que se expulse de manera inmediata, el mismo día, por vías
policiales, a los okupas impulsados por los progres y podemitas.
Queridos
amigos, habéis llegado hasta aquí al paso entusiasta de VOX, habéis reservado vuestro sitio en la historia y yo quiero deciros lo que
ya sabéis: España no se va a detener ya hasta reconquistar su grandeza, su dignidad y su
destino arrebatados y humillados. Pero no olvidéis lo más
importante, que era lo que os decía al inicio, no hemos venido a ganar en España, hemos venido para que España gane
con nosotros.
Porque VOX vive para que España viva, para que ¡viva España!
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